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Gestión de merma y piezas obsoletas en refaccionarias: guía completa

Gestión de merma y piezas obsoletas en refaccionarias: guía completa
Grupo Morsa de México

En las refaccionarias, uno de los factores que más afecta la rentabilidad sin que siempre se note a simple vista es la acumulación de merma y piezas obsoletas. Estas pérdidas silenciosas no solo ocupan espacio físico, también erosionan el capital de trabajo y dificultan una gestión ordenada del inventario.

En este artículo te explicamos cómo identificar, medir y gestionar ambos problemas para que tu refaccionaria funcione de forma más eficiente, rentable y sustentable.

¿Qué es la merma en una refaccionaria?

La merma representa pérdidas de inventario que no se traducen en ventas. Puede deberse al deterioro natural, errores humanos o fallas administrativas.

Tipos de merma más comunes:

  • Merma natural: desgaste por almacenamiento prolongado, piezas afectadas por humedad, temperatura o polvo.

  • Merma operativa: daños durante el traslado, surtido o manejo de productos.

  • Merma administrativa: registros incorrectos, diferencias entre el sistema y el inventario físico, errores en devoluciones.

Principales causas de merma

  • Almacenaje inadecuado (temperatura, humedad, polvo).

  • Rotación baja de productos con alta caducidad o versiones anteriores.

  • Errores de etiquetado o codificación.

  • Procesos manuales sin control cruzado.

¿Cómo se mide la merma?

Una fórmula básica para calcular merma es:

Merma (%) = (Inventario inicial + Compras - Inventario final - Ventas) ÷ (Inventario inicial + Compras) × 100

Indicadores que conviene monitorear:

  • Porcentaje mensual de merma sobre ventas.

  • Productos más afectados por merma.

Tiempo promedio que tarda un producto en deteriorarse o caducar.

Piezas obsoletas: un enemigo silencioso

Una pieza se vuelve obsoleta cuando ya no se usa, no tiene demanda o ha sido reemplazada por una versión más actual. Esto ocurre con frecuencia en vehículos fuera del mercado, líneas descontinuadas o cambios de tecnología.

¿Qué vuelve obsoletas a las piezas?

  • Evolución de modelos automotrices.

  • Cambios en normativas o estándares de fabricación.

  • Malas compras: exceso de productos con baja rotación.

  • Piezas que nunca se movieron y llevan más de 12-18 meses almacenadas.

Consecuencias de no gestionar la obsolescencia:

  • Inmovilización de capital.

  • Confusión en el surtido.

  • Costos de almacenaje innecesarios.

  • Pérdida de oportunidades para productos con mayor demanda.

Estrategias para gestionar piezas obsoletas

Una gestión activa puede recuperar parte del valor y liberar espacio operativo.

  • Clasificación ABC: segmenta el inventario según frecuencia de rotación.

  • Descuentos y promociones: vende piezas obsoletas o de lento movimiento con precios especiales.

  • Logística inversa: considera:


    • Reciclaje o reacondicionamiento.

    • Venta a mayoreo a talleres o refaccionarias especializadas.

    • Desecho regulado, según normativas locales.

Puedes consultar las recomendaciones de disposición responsable en la Guía de Manejo de Residuos de la Semarnat.

Herramientas para una gestión eficiente del inventario

La prevención es clave. Un inventario bien gestionado reduce tanto la merma como la obsolescencia.

Tecnologías recomendadas:

  • ERP o WMS especializados en refacciones: permiten trazabilidad, control por lotes, alertas de baja rotación.

  • Códigos de barras o QR: agilizan el conteo y evitan errores humanos.

  • Sistemas con inteligencia de rotación: te alertan cuando un producto lleva demasiado tiempo sin moverse.

Normativa fiscal sobre merma y baja de inventario

El SAT permite deducir la merma bajo ciertas condiciones. Es fundamental documentar adecuadamente las pérdidas.

¿Qué exige el SAT?

  • Registro contable de la merma o baja.

  • Evidencia documental (actas, reportes de auditoría interna).

  • Justificación técnica o comercial.

  • Notificación a través de contabilidad electrónica.

Puedes revisar el fundamento en el Artículo 27, fracción II de la Ley del ISR, y el Anexo 24 del SAT sobre contabilidad electrónica.

Además, tener un manual de procedimientos internos sobre cómo registrar merma y obsolescencia fortalece la formalidad del proceso ante auditorías.

Controlar la merma y gestionar las piezas obsoletas no es solo cuestión de orden: es una estrategia directa para mejorar tus márgenes, liberar espacio útil y tomar mejores decisiones de compra.

Implementa herramientas digitales, revisa tus procedimientos y actúa a tiempo. Un inventario saludable se traduce en un negocio más rentable y preparado para crecer.

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