En las refaccionarias, uno de los factores que más afecta la rentabilidad sin que siempre se note a simple vista es la acumulación de merma y piezas obsoletas. Estas pérdidas silenciosas no solo ocupan espacio físico, también erosionan el capital de trabajo y dificultan una gestión ordenada del inventario.
En este artículo te explicamos cómo identificar, medir y gestionar ambos problemas para que tu refaccionaria funcione de forma más eficiente, rentable y sustentable.
¿Qué es la merma en una refaccionaria?
La merma representa pérdidas de inventario que no se traducen en ventas. Puede deberse al deterioro natural, errores humanos o fallas administrativas.
Una fórmula básica para calcular merma es:
Merma (%) = (Inventario inicial + Compras - Inventario final - Ventas) ÷ (Inventario inicial + Compras) × 100
Indicadores que conviene monitorear:
Tiempo promedio que tarda un producto en deteriorarse o caducar.
Piezas obsoletas: un enemigo silencioso
Una pieza se vuelve obsoleta cuando ya no se usa, no tiene demanda o ha sido reemplazada por una versión más actual. Esto ocurre con frecuencia en vehículos fuera del mercado, líneas descontinuadas o cambios de tecnología.
Estrategias para gestionar piezas obsoletas
Una gestión activa puede recuperar parte del valor y liberar espacio operativo.
Puedes consultar las recomendaciones de disposición responsable en la Guía de Manejo de Residuos de la Semarnat.
Herramientas para una gestión eficiente del inventario
La prevención es clave. Un inventario bien gestionado reduce tanto la merma como la obsolescencia.
Normativa fiscal sobre merma y baja de inventario
El SAT permite deducir la merma bajo ciertas condiciones. Es fundamental documentar adecuadamente las pérdidas.
Puedes revisar el fundamento en el Artículo 27, fracción II de la Ley del ISR, y el Anexo 24 del SAT sobre contabilidad electrónica.
Además, tener un manual de procedimientos internos sobre cómo registrar merma y obsolescencia fortalece la formalidad del proceso ante auditorías.
Controlar la merma y gestionar las piezas obsoletas no es solo cuestión de orden: es una estrategia directa para mejorar tus márgenes, liberar espacio útil y tomar mejores decisiones de compra.
Implementa herramientas digitales, revisa tus procedimientos y actúa a tiempo. Un inventario saludable se traduce en un negocio más rentable y preparado para crecer.